No señor. No estoy jugando al chin chon. Son los días que faltan para que mi año comience oficialmente (no sólo los chinos tienen un año nuevo propio...). El próximo lunes comienzo a trabajar y aunque no lo crean, ya tengo ganas de reencontrarme con mi vida profesional otra vez. Y sobre todo, porque es un año de cambios. A mi me gusta el cambio. Conocer nuevas personas y personitas, que seguro traerán cosas nuevas y valiosas a mi vida. Estoy lista para aprender, para poner el cuerpo y el corazón en mi trabajo .
En realidad, me da risa decir "trabajo". (será por la carga social de la palabra? )Trabajo se asocia a cansancio, tedio, obligación. En mi caso, después de mas de 15 años de carrera, espero con alegría el comienzo del ciclo lectivo y la verdad, mas allá del cansancio físico lógico que suelo sentir después de una doble jornada + hijos+ marido+casa+perro+gato+gato+ + + +... igual sigo contenta y con la sensación de estar donde quiero estar.
Siento la de expectativa y alegría de quien esta por abrir un regalo...asì me siento justo antes de arrancar.
Si hay algo que deseo para mis hijos, es que en su camino puedan descubrir esa chispa que algunos llaman vocación . Los que pudimos escuchar ese llamado ("vocare"), no "trabajamos": crecemos, disfrutamos, nos reímos, madrugamos sin problemas, nos quedamos hasta cualquier hora planificando y evaluando, pensando... y aunque también nos enojamos, nos cansamos, sabemos al final del día que estamos donde nacimos para estar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario